Pintura Alemana
Pocas son las obras de pintura alemana conservadas en el Prado e históricamente en España en general (hasta la llegada de la colección Thyssen). A pesar de la fuerte relación de los Habsburgos españoles con el Sacro Imperio Romano Germánico, la mayoría de los monarcas hispanos se decantaron por otro tipo de pintura. A causa de ello esta colección es reducida en número, aunque de gran calidad.
Destaca sobre todo el grupo de cuatro obras maestras de Alberto Durero, entre ellas su Autorretrato de 1498 y la pareja de tablas de Adán y Eva. Del resto de obras, descuellan una Virgen con el Niño Jesús, san Juanito y ángeles y dos curiosas escenas de cacería, las tres de la mano de Lucas Cranach el Viejo(además, en 2001 se adquirió un Retrato de Juan Federico "el Magnánimo" que se creía autógrafo de Cranach, pero posteriormente considerado obra de taller); dos alegorías muy importantes de Hans Baldung Grien, Las Edades y la Muerte y La Armonía o Las tres Gracias, una pequeña pintura de Adam Elsheimer, Ceres en casa de Hécuba, y ya del siglo XVIII, un nutrido grupo de obras de Anton Raphael Mengs, que fue nombrado Primer Pintor del reyCarlos III y trabajó en la Corte entre 1761 y 1769 y de 1774 a 1776. Fundamentalmente se trata de retratos de la Familia Real (o de su entorno, como El clérigo Joaquín de Eleta, confesor del rey, o el Retrato de José Nicolás de Azara, adquiridos en 2005 y 2012, respectivamente), aunque también hay un autorretrato y algunas obras de asunto religioso. A ellos se suma una única pieza de Angelica Kauffmann: Anna von Escher van Muralt, ingresada en 1926 con el legado Luis de Errazu. Asimismo, existe un interesante retrato de la infanta Paz de Borbón por Franz von Lenbach.
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