sábado, 23 de noviembre de 2013

La Bella Jardinera

La Bella Jardinera 
 
bella Jardinera
122 × 80 cm (48 × 31.5 in)
 
El título "Bella Jardinera" se debe a la florida belleza de la Virgen y al ambiente campestre que la rodea.

En esta obra se aprecia a la Virgen y el niño con el pequeño San Juan Bautista, representando a la Virgen María con el niño Jesús y el pequeño San Juan Bautista.
La Virgen sentada, mira al niño mientras que este le devuelve la mirada, las miradas se cruzan entre sí, haciendo que los personajes transmitan una emoción silenciosa y embellecedora. La Virgen representa la belleza femenina, con su óvalo puro típicamente florentino y el refinamiento y simplicidad del peinado. Las figuras se integran en el paisaje de manera ideal. La Virgen con el Niño y san Juan forman una composición dinámica y piramidal, esquema que aporta equilibrio y serenidad a la escena. El grupo se sitúa en el primer plano de un paisaje luminoso y abierto. Al fondo, a la derecha, se ve el perfil de una ciudad con edificios góticos. La dulce mirada de la Virgen hacia Jesús y el arbusto frágil son de inspiración peruginesca. Al fondo del cuadro se ven unos edificios típicos de esa época de estilo gótico, pero es más visible la vegetación en gran cantidad que los edificios. En el cuadro hay plantas, arbustos y unas cuantas flores pequeñas, sin embargo, la vegetación no es muy colorida, sus tonos opacos y terrestres hacen parecer que algunas partes de la vegetación están secas. Las plantas y los arbustos son representados con rigor científico. Entre ellas se ven violetas, símbolo de la humildad de la Virgen, y aguileñas, símbolos de la Pasión de Cristo. Las transparencias azuladas del paisaje lejano (esfumado), así como el modelado suave de los niños, a través del efecto de luces y sombras (claroscuro) derivan de Leonardo da Vinci. De Miguel Ángel toma el vigor plástico y la firmeza monumental de las figuras, así como el contrapposto del Niño Jesús.
 Los halos, tan destacados en la pintura precedente (gótica y cuatrocentista) han quedado reducidos a una suave línea dorada, casi imperceptible. Las sombras aparecen con gran fuerza y se usa la técnica del claro oscuro. El cuadro está pintado sobre la técnica de pintura al oleo sobre lienzo. En este cuadro se sintetizan las distintas influencias que recibió Rafael: Perugino, Leonardo y Miguel Ángel. El grupo se sitúa en el primer plano de un paisaje luminoso y abierto, la Virgen
                                                    
                                                         Rafael Sazion 

Rafael ha sido considerado históricamente, junto con Leonardo y Miguel Ángel, como uno de los pilares del Cinquecento italiano, además de uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos. Deudor en sus inicios de influencias quattrocentistas, se erigirá en representante perfecto del arte clasicista antes de que éste entre en su etapa de "decadencia" (y Rafael con él en sus últimos años, arrastrado por el potente manierismo miguelangelesco).

Hay que señalar también que en su haber contará con una carrera como arquitecto, no excesivamente conocida ni determinante para la historia del arte (si se exceptúa el encargo de continuación de las obras de la basílica de San Pedro, de las que se hará brevemente cargo a la muerte de su amigo Bramante).
 



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